
[COLUMNA] Gesta naval e inspiración para el futuro
Infatigables han resultado estas semanas, todos de una u otra forma hemos debido ir adaptando las planificaciones a las nuevas necesidades que nos ha impuesto con severidad la emergencia sanitaria. No ha quedado nada ni nadie que no esté hoy destinado a resolver todo por cuanto guarda relación con atender los diferentes requerimientos asociados con la pandemia. Cuidado de la salud, traslado de pacientes, coordinación y logística de distribución de alimentos o recursos sanitarios, entre otros, son algunas de las tareas que hoy desarrolla la Armada de Chile en territorios tan extremos como la Isla Navarino.
El pasado jueves, recordamos y saludamos a la institución naval con motivo de aquel 21 de mayo de 1879 y que en medio de un cruento y desigual combate, nos demostró que la institución estaba integrada por una gloriosa dotación que brindó su vida por nobles ideales de valentía y honor por la patria.
La historia de esta gesta la conocemos muy bien y así también ocurre a nivel mundial donde existen testimonios que rinden respeto y destacan la bravura de los marinos comandados por Prat.
Hoy, el escenario es completamente diferente. El cuidado de la salud de las personas son la principal prioridad frente a la amenaza del Coronavirus. En este sentido, la institución naval, sus hombres y mujeres destinados en los más alejados puntos del país, están hoy, dispuestos para ayudar a quienes más lo necesitan, a colaborar con la autoridad sanitaria, a contribuir con la seguridad de vecinos y vecinas desde el extremo norte hasta el último hogar en la Provincia Antártica Chilena, donde su presencia cobra un valor siempre especial.
Claramente, el oficio de la Armada ha estado siempre a disposición de las comunidades, y en el presente, adquiere un significado distinto que nos lleva a reflexionar sobre cómo, las instituciones, compuestas por personas, dedican todos sus esfuerzos, capital humano y material para contribuir a superar en conjunto las consecuencias de un virus que no reconoce fronteras.
El tradicional homenaje a las Glorias Navales fue tal vez históricamente diferente. Sin desfiles ni tributo de estudiantes o reconocimientos masivos, lo que nos recuerda cómo la vida ha tenido que obligatoriamente ir cambiando en su dinámica. Aunque sin las habituales manifestaciones, este 21 de mayo, no fue menos emotivo, por el contrario, se convierte en una instancia para el pensar en el complejo momento que estamos transitando.
Es en este contexto donde desde el arribo de la pandemia a nuestra región, hombres y mujeres de mar se han incorporado por completo a la lucha titánica de intentar vencer a ese enemigo invisible al ojo humano, pero que nos muestra cada día sus nocivos efectos sin tregua.
La Armada hoy se ha sumado como uno más con el firme propósito de entregar todos sus esfuerzos y capacidades para lograr doblegar a este desconocido adversario. Lo vemos en el día a día, prestando apoyo de vigilancia o fiscalización, en evacuaciones, o mediante sus embarcaciones, facilitando el traslado de autoridades a sectores distantes y de difícil acceso para poder llegar de manera oportuna a acompañar a nuestros vecinos y vecinas.
La acción naval la observamos en la planificación de tareas y soluciones junto a otras instituciones y en cada una de ellas dejando a la vista la actitud de servicio que también honró Prat en su momento. Por eso y más, la marina hoy ha dejado de lado su conmemoración acostumbrada, por una más sencilla y austera consecuente con lo que el Gobierno y el alto mando de la institución han determinado para la ocasión. Los tiempos que vivimos exigen hábitos y costumbres distintas. La marina de Chile lo hace vivencia diaria y sus hombres y mujeres que componen las diversas dotaciones de Arica a la Antártica lo han hecho suyo desde el primer momento que ha surgido esta contingencia.
Para ellos, nuestros respetos y sinceros deseos de un aniversario colmado de reconocimientos y gratitud por la entrega colaborativa y desinteresada hacia las comunidades en las que la Armada se encuentra emplazada. Y en medio del estallido de los roncos cañones que anuncian el silente homenajea la gesta heroica de ayer, emerge el espíritu de esa dotación inmortal que nos inspira hoy a mirar con optimismo el futuro.
Por Nelson Cárcamo Barrera
Gobernador de la Provincia Antártica Chilena
Columna de opinión publicada en Diario El Pingüino
25 de mayo de 2020.