
[COLUMNA] Educación para el desarrollo integral de las comunidades
En medio del contexto de la pandemia del Coronavirus donde la educación se ha visto obligada a ser repensada y reformulada, especialmente en sus metodologías donde su cara más visible ha sido la dualidad presencialidad-virtualidad, por razones sanitarias claro está (así también la restructuración de los contenidos, y las consecuencias como el agotamiento y los efectos en la salud mental), lo cierto es que el último año ha servido para indagar y reflexionar aún más sobre el sistema educativo, sus alcances y la realidad de sus principales actores. Es en esta realidad que, el liceo Donald Mc-Intyre Griffiths de Puerto Williams, ha alcanzado uno de sus hitos más relevantes, con la firma y oficialización del compromiso Liceo Bicentenario, sello que acredita su calidad educativa.
Sin duda que se trata de un reconocimiento al trabajo desarrollado por la comunidad educativa en su conjunto; es la valoración del esfuerzo y el compromiso aplicado a la gestión educativa de docentes, estudiantes, asistentes de la educación y por supuesto madres, padres y apoderados de la ciudad más austral de Chile.
De esta manera, y dando continuidad al programa iniciado en 2010 durante el primer gobierno del Presidente Sebastián Piñera, la calidad de Liceo Bicentenario pone al establecimiento educacional de la capital provincial en el centro de la atención, es decir, se pone a la educación del extremo sur, en el eje principal y esencial del desarrollo social de las comunidades, motor y pieza clave de la construcción y generación de igualdad de oportunidades, más justicia y solidaridad.
En este sentido, hoy, nuestro liceo, además de recibir el reconocimiento del Estado en su rol de institución educativa, asume al mismo tiempo el desafío de dar continuidad a sus procesos con la misma determinación y el objetivo de mantener y seguir avanzando en sus estándares de calidad desde un espacio protagónico en la formación íntegra de jóvenes, accediendo a más y mejores herramientas para el desarrollo de todo su potencial.
Tal como señalan los propósitos de la iniciativa, este sello Bicentenario representa “una oportunidad para sus estudiantes de manera exhaustiva, buscando instalar capacidades en los establecimientos para el logro de mejoras significativas y seguir entregando educación de calidad”.
El escenario actual local, nacional e internacional nos ubica como sociedad en un momento particular donde, junto con asumir el presente de manera reflexiva y crítica, debe impulsarnos a mirar el futuro desde la perspectiva de las necesidades y demandas del estudiante, sus familias y equipos docentes en la búsqueda permanente de una preparación adecuada que les permita enfrentar la dinámica realidad con las herramientas correspondientes teniendo en cuenta su contexto sociocultural.
En un momento anterior, nos referíamos a la necesaria mirada hacia el extremo sur que debíamos tener como país, considerando sus características particulares que lo hacen único. Hoy estamos dando un paso significativo en ese sentido, poniendo a la educación en el lugar que se merece y que la propia educación demanda, garantizando el apoyo y acompañamiento para el cumplimiento de sus objetivos.
Es de esperar que este sello de calidad como Liceo Bicentenario signifique una motivación relevante para toda la comunidad educativa que nos permita seguir soñando con niñas, niños, adolescentes y jóvenes que puedan tener las mismas oportunidades, que puedan desarrollar sus habilidades y expectativas de manera plena.
Por Nelson Cárcamo Barrera
Gobernador de la Provincia Antártica Chilena
Columna de opinión publicada el 6 de junio en el suplemento «Análisis» de Diario El Pingüino.