La primera imagen que se viene a la mente es la de doña Berta, mi madre. De un mirar y sentir puro, ofreciendo sus manos siempre cariño y protección. Sencilla, modesta, de una nobleza puesta a toda prueba y dispuesta a compartir con sus semejantes aquello que ganaba con esfuerzo y dedicación. Madre y esposa orgullosa de ser mujer.

Con el correr del tiempo y pese a su partida temprana, su recuerdo permanece de manera perenne en el corazón y en mis pensamientos.

“Mujer virtuosa… ¿Quién la hallara?, así reza su epitafio, porque esa es la imagen que proyectó y anidó en mi existencia y sin lugar a duda, que de igual forma ocurrió en mi padre.

Administradora, educadora y arquitecta de mi destino, constructora de nobles principios y valores además de promotora de derechos forjados y cimentados en un amplio abanico de deberes que se practicaban y ejercían a diario.

Inculcando siempre el amor a Dios y la práctica de la fe, aunque el dolor por el fallecimiento de mi padre fuera inmenso, sus convicciones y espíritu no le permitieron bajar los brazos.

La imagen de la Berta en mi caso personal, como muchos otros, se vienen al presente cuando esta semana conmemoramos el Día Internacional de la Mujer y reflexionamos sobre la historia de desigualdades que han sufrido las mujeres, los avances alcanzados en materia de derechos y oportunidades, pero al mismo tiempo en todo lo que falta por alcanzar una real igualdad en muchas materias.

Hablar de desarrollo o crecimiento en algunos casos, siempre estará incompleto el análisis si no considera necesariamente de manera seria y responsable una perspectiva de género real por medio de la participación transversal de las propias mujeres.

No podemos desconocer los avances alcanzados en varias e importantes temáticas durante el último tiempo. La Agenda Mujer propuesta por el Presidente Sebastián Piñera ha significado sacar adelante una serie de compromisos en los ejes de igualdad de derechos como los que tienen relación con el aseguramiento y garantía del fuero maternal, el derecho a la lactancia libre, la promoción de la plena igualdad, la igualdad en la administración del patrimonio de la sociedad conyugal o el terminar con las diferencias en planes de salud,

En este sentido, podemos mencionar también las acciones en prevención de acoso sexual, la tipificación de delito sexual en espacios públicos, medidas para fortalecer la protección de las víctimas de violencia intrafamiliar, la incorporación del femicidio en parejas sin convivencia, sala cuna universal y promoción e incentivo a la participación femenina en la alta dirección pública y privada.

El Gobierno del Presidente Piñera ha establecido y fijado como prioridad el disponer de las herramientas necesarias para alcanzar la igualdad de derechos, deberes y oportunidades entre mujeres y hombres siendo enfáticos en la tolerancia cero a la violencia contra la mujer, avanzar en la autonomía económica y potenciar la participación de las mujeres en los diferentes espacios de toma de decisiones.

En Magallanes, tenemos que seguir avanzando, considerando las materias pendientes.

Se necesita todavía un cambio cultural importante y fundamental en las comunidades y sociedades donde la violencia sea condenada con firmeza, donde no exista espacio para las agresiones de cualquier tipo o forma. En la Provincia Antártica Chilena estamos próximos a concretar importantes iniciativas junto a otras instituciones, que van en la dirección del acompañamiento y del aseguramiento de derechos para las mujeres de estas extremas tierras donde esperamos poder seguir desarrollando otras acciones que nos permitan ver más cerca la plena igualdad.

Por Nelson Cárcamo Barrera
Gobernador de la Provincia Antártica Chilena
Columna de opinión publicada el 14 de marzo en suplemento «Análisis» de Diario El Pingüino